TRISTEZA
Rompió a llorar, dejando que sus lágrimas llegaran al suelo, igual que las mías. Las lágrimas que al llegar al suelo se endurecían como el hielo en una noche fría. No sé si lloraba de tristeza como yo, o de alegría, pero no por la muerte que me llevaría con mi amada. Sus lágrimas de cera que se enfriaron al apagar esta vela.
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